(Notimex).- El poeta mexicano Enrique González Rojo, autor de la obra "Para deletrear el infinito", fue homenajeado hoy por sus 80 años de vida, por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes y de jóvenes escritores de Ecatepec, en la Sala Manuel M. Ponce.
En ese local del Palacio de Bellas Artes, el vate González Rojo (5 de octubre de 1928), comentó que se siente satisfecho no sólo por la producción poética que ha escrito, sino también por cumplir este día 80 años.
"Estoy muy contento de llegar a los 80 años, pero más contento de que los jóvenes escritores de Ecatepec son los que se encargaron de esta celebración", mencionó Rojo.
Respecto a lo que debe de tener un escritor, el vate señaló que debe de tener libertad y con su producción debe respetar mucho la condición social y no ponerse trampas.
"También ser extraordinariamente honesto y lo más importante tomar en cuenta el entorno social, la ubicación de la poesía en ese entorno y también advertir la necesidad de ser fiel en la producción literaria y ensayista", aseguró el bardo.
González Rojo, quien le interesa más una producción teórica para reflexionar con sus propios medios en las condiciones en que vive, puntualizó que no le interesa el humanismo abstracto, sino diferente.
"No soy parte del humanismo abstracto, sino de un humanismo diferente, yo quería sobrepasar esa ideología de humanismo en un contexto diferente, que no se utilice para ocultar las clases sociales", apuntó el poeta y filósofo.
Por su parte, el vate Eusebio Ruvalcaba comentó que este homenaje es muy merecido, pues pocos poetas han hecho una vida tan intensa y han escrito tanto como González Rojo.
"El nunca ha pedido nada a cambio, ni reconocimientos y me parece que es el momento exacto, ya se habían tardado, pero este homenaje viene de unos jóvenes escritores del municipio de Ecatepec", señaló Ruvalcaba.
Respecto a la gran obra "Para deletrear el infinito", el poeta dijo que esa y "Las confesiones de un árbol" están dentro de lo más importante de nuestra poesía mexicana "porque González Rojo siempre ha sido congruente en su producción literaria".
Enrique González Rojo, hijo de Enrique González Rojo, conocido como el hijo del "Dios" y nieto de Enrique González Martínez, tuvo esta influencia familiar determinante para la realización futura de sus estudios y de su franca vocación literaria.
Además de la actividad magisterial, Enrique González ha incursionado en nuestro entorno cultural y social, a partir de la filosofía, la literatura y hasta de la militancia política.
La totalidad de la obra lírica de González Rojo se bifurca en un antes y un después de "Para deletrear el infinito", el antes significa para el poeta una serie de bocetos, ensayos y primicias de poética; mientras que el después llega cuando se empiezan a conformar su personalidad y sus sueños poéticos.
Enrique González Rojo ha recibido cuatro premios por su obra poética: el Xavier Villaurrutia, en 1976, por el libro "El quíntuple balar de mis sentidos", el Latinoamericano de Poesía y Cuento "Benemérito de América" en 2002, en Oaxaca, por el texto "Viejos, y dos segundos lugares en los Juegos Florales de Oaxaca, 1971 y de Querétaro, 1972.
González Rojo, quien no sólo ha incursionado en la poesía, sino que también trabaja en una extensa novela llamada "La crucifixión de la historia", asimismo ha editado un libro de cuentemas denominado "El tránsito", en 1990, y ha escrito otro titulado "Versiones, conversiones y perversiones", que está en busca de editor.