Queridos Responsables, socios y amigos del Programa Libro Club:
Hace diez años, un trío de osados poetas y servidores públicos atípicos, aceptaron la responsabilidad de propiciar que todos los habitantes de la ciudad, que recién despertaba a la democracia, tuvieran acceso y disfrutaran del derecho a la cultura.
Los sueños de este trío comenzaron a llamarse proyectos y poco a poco maduraron en realidades. Es así como nació el programa Libro Club de la Ciudad de México, gracias a las ensoñaciones y el trabajo de Alejandro Aura, Eduardo Vázquez y Víctor Meza.
Para finales del año 2000 se había fundado la impactante cantidad de 1,000 Libro Clubes, gracias a la generosidad y entusiasmo de cada uno de los Responsables que, sin mayor pretensión que servir a su comunidad y contribuir a construir un mejor país con “ciudadanos libres y lectores”, estuvieron dispuestos a participar en esta utopía de manera voluntaria.
De 1998 a la fecha, sería imposible contabilizar el número de préstamos de libros, recomendaciones, lecturas en voz alta, festivales, tardeadas poéticas, charlas, aniversarios, jornadas por el fomento a la lectura y un sinnúmero de estratagemas dirigidas a lograr nuevos adeptos dela lectura por placer. Sin embargo, de algo podemos estar seguros, esta iniciativa ha tocado la vida y en muchísimos casos ha transformado decisivamente a cientos de miles de niños, jóvenes y adultos que en el Libro Club encontraron un aliado para fortalecer sus propios sueños.
Hoy, como ya se habrán enterado por diversos medios, una gran pena nos envuelve. El pasado 22 de julio y este miércoles 30 de julio, fallecieron Víctor Meza y Alejandro Aura, respectivamente.
Sobra decir que estos hechos llenan de pesar a todos aquellos que hemos participado en algún momento en el gran movimiento de fomento a la lectura llamado Libro Club, sin embargo, me permito invitarles arendir homenaje a estos dos grandes y muy queridos maestros y amigos por medio de nuestro trabajo cotidiano, a través de cada lectura en voz alta, con cada nuevo lector ganado, con cada joven investido Mosquetero por Dumas, cada alma seducida por Benedetti, cada niño atrapado de por vida en las fantasías de Ende, con cada acción encaminada a servir a nuestra comunidad y transformar para bien a nuestro país por medio de la promoción de la cultura. Los Libro Clubes permanecen y serán su mejor legado.
Posibilitarán que sigamos creyendo en que de nosotros depende la construcción de una sociedad mejor y más justa.
Alejandro Camarena Cuevas
Programa Libro Club de la Ciudad de México
Ciudad de México, a 31 de julio de 2008